Según un estudio reciente los productos de limpieza pueden generar tantas partículas finas contaminantes como los coches. Los investigadores saben que la limpieza de superficies interiores con desinfectantes (sea en hogares o en oficinas) puede generar contaminantes interiores secundarios en forma de aerosoles y gases.
Siendo así, puede que al limpiar nuestro hogar no pensemos que estamos contaminando el aire y menos que al pulir con ciertos productos de limpieza perfumado podríamos generar tantas partículas contaminantes como los vehículos.
Nicola Carslaw experta en contaminación del aire de la Universidad de York confesó que le sorprendió absolutamente que el trapeador produjera aerosoles potencialmente dañinos con un porcentaje similar al generado por el tráfico vehicular en una calle concurrida.
Aunque dicha investigadora no participó en el estudio al que hacemos alusión, confirma los resultados de dicho trabajo. Agregó que el incienso, los productos para el hogar, el humo del cigarrillo, las velas, entre otros son una de las tantas fuentes de contaminación en los hogares.
Los productos de limpieza y sus partículas contaminantes
Las investigaciones arrojaron a la luz que los productos de limpieza comerciales cuyo objetivo es desinfectar superficies interiores pueden depositar pequeñas partículas contaminantes en las vías respiratorias de las personas a un porcentaje igual o incluso mayor que los aerosoles de los coches. Este estudio, el cual fue publicado en Science Advances, fue dirigido por la científica ambiental Collen Rosales de la Universidad de California.
Los autores de dicho estudio advierten que una de las fuentes de contaminación que las personas introducimos en el ambiente interior de nuestros hogares y oficinas es el uso de productos de limpieza y desinfectantes del hogar, alguno de los cuales denominamos aromas naturales, entre ellos el cítrico o el pino.
Es digno de mención que desde hace 2 años con la llegada de la pandemia de Covid-19 aumentó enormemente la frecuencia con la que se limpian las superficies con este tipo de productos de limpieza, por lo que ha aumentado la exposición a ellos, lo que puede tener consecuencias para la salud.
Airear los espacios no es suficiente
Los investigadores también analizaron minuto a minuto lo que sucedía durante el proceso de limpieza del suelo. De esta forma pudieron examinar cómo reaccionaba las moléculas y partículas en condiciones interiores realistas. Llegaron a la conclusión de que una persona inhala entre 1 y 10 mil millones de nanopartículas por minuto o lo que es equivalente al tráfico vehicular en una calle concurrida de alguna ciudad europea o estadounidense.
Esos niveles también son comparables a los de cocinar con gas o encender una vela. Los investigadores también analizaron si bastaba con abrir la ventana para encontrar aire limpio. Lo cierto es que no, la ventilación del laboratorio similar a la de un edificio de oficina no fue suficiente para eliminar las partículas contaminantes de los productos de limpieza.
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