Hogar y DIY

¿Por qué las casas de madera son superiores a las de ladrillo?

Casas de madera

Al contrario de lo que nos enseña la fábula de los tres cerditos, las casas de madera prefabricadas pueden resistir al más feroz de los peligros, ya sea un viento huracanado o un calor asfixiante. Su forma de construcción lleva siglos de tradición, y , sin embargo, hoy se presenta como una alternativa moderna que compite muy bien con las técnicas clásicas del ladrillo y el mortero. Esto es gracias a los avances tecnológicos que se han producido en los aserraderos y las cadenas de distribución internacionales, que permiten una fabricación de precisión milimétrica y acortan los tiempos de montaje en obra, reduciendo el costo de la mano de obra empleada. Por todo esto, además de su belleza y calidez inigualable, es que las casas de madera prefabricadas son hoy una de las mejores opciones para construir, ya sea viviendas temporarias o permanentes, o incluso locales comerciales. A continuación ahondaremos un poco en cada una de las diferentes áreas donde se obtienen beneficios y se ahorran costos con este sistema.

Las ventajas de las casas prefabricadas de madera

La principal razón por la que cada vez más gente escoge las casas prefabricadas de madera es la practicidad que conlleva su construcción. Claro, el cliente no está allí para observar cómo se talan los enormes troncos de abeto europeo en los bosques de Lituania utilizando maquinaria especializada que parece salida de una película, ni ve cómo los largos camiones recorren las rutas heladas hasta llegar al secadero, ni puede visitar la fábrica altamente automatizada donde se producen las piezas de complicada geometría que un ordenador ha calculado a medida para cada proyecto, para cada cliente. Simplemente, estas piezas llegan a nuestra puerta en un camión, donde un equipo altamente eficiente de trabajadores especializados se pone a trabajar inmediatamente. En un día, pueden montar toda la estructura de una pequeña cabaña, encajando las piezas entre sí gracias a sus uniones preformadas. Las paredes se elevan tabla por tabla, produciéndose en las esquinas un encastre firme y vistoso. En un par de semanas, la cabaña puede estar lista para habitarla, con todos los servicios instalados. 

Esto sería imposible en una “obra húmeda”, donde los procesos de fragua del cemento y el revoque nos obligan a permanecer en obra al menos dos meses. Esto, claro está, también implica mayores gastos por la mano de obra que hemos de utilizar. El tiempo es dinero, y además de eso, nuestros planes muchas veces dependen de poder terminar la construcción a tiempo para ponerla en uso y así avanzar con nuestra vida. Es muy frecuente escuchar que la construcción se alarga, surgen gastos imprevistos, hay equivocaciones en los cálculos o malentendidos entre los clientes, el arquitecto y el equipo de constructores… todos problemas que si bien no es posible eliminar, se reducen enormemente con el diseño preciso y la fabricación automatizada que caracterizan a las casas de madera modernas.

Además del ahorro que supone la rapidez de la construcción, se observa que las construcciones en madera casi no generan desperdicios, son más limpias. Si estás construyendo sobre un terreno parquizado donde alguien ha trabajado arduamente en el jardín, no querrás que la obra convierta todo aquello en un lodazal con escombros, plásticos, tablas de encofrado, clavos y cemento por doquier. Lamentablemente, esto se considera casi inevitable cuando se emplean los métodos tradicionales. Con las cabañas prefabricadas, por lo contrario, apenas se pisotea el suelo alrededor de la obra, rara vez se utilizan andamios y toda la construcción procede dentro del espacio delimitado por la casa en sí. También se observa la diferencia en el final de la obra, cuando se entrega la casa limpia y lista para decorar, mientras que en las construcciones con ladrillos y cemento, hay que hacer una limpieza profunda antes de poder instalarse.

Más allá de lo que se refiere a los menores gastos y la practicidad, hay un importante factor estético que determina el tipo de casa que escogeremos. Las cabañas de madera han sido siempre una referencia de calidez y calidad hogareña. Gozan de una gran reputación en lugares de montaña por su facilidad de emplazamiento en medio del bosque o arriba de un promontorio rocoso, y proveen un necesario lugar de refugio ante los elementos. Pero también se vienen utilizando mucho en sitios de abundante sol como el sur de España, donde su estructura abierta provee sombra y frescura para entretener a los invitados por las tardes. Las posibilidades de decoración no se limitan a la clásica cabaña de troncos de aspecto rústica, pueden abarcar de lo moderno a lo clásico, de lo minimalista a lo barroco. Pueden elegirse gran variedad de acabados, dejar las tablas a la vista o cubrirlas con cerámicos, piedra, yeso o empapelado. Las ventanas y puertas, especialmente, pueden hacerse a medida según las necesidades del diseño y son quizás el principal factor que determina el aspecto moderno o clásico de la vivienda, y la libertad es total, al igual que con la construcción de ladrillos y con la ventaja de que la empresa constructora también fabricará las ventanas para nosotros en sus instalaciones, a precios competitivos. 

Existe también una ventaja en cuanto a la facilidad de realizar reformas en la casa, pues a diferencia de la construcción en ladrillos que debe destrozarse con ruidosos martillos neumáticos, las paredes y techos de madera pueden desarmarse siguiendo el camino inverso del montaje, conservando las piezas enteras y pudiendo cortar por donde se necesita con una simple sierra para madera. Esto implica que podremos realizar reformas en tiempos cortos y conseguir así ampliar una cabaña a tiempo de recibir a quienes vayan a habitarla, por ejemplo.

No podemos dejar de mencionar que las cabañas de madera tienen prestaciones excepcionales en cuanto a la aislación, con diferencias significativas respecto al ladrillo. Básicamente, tanto una pared de madera como una de ladrillo necesitarán una capa adicional de material aislante si queremos que nos ayuden a conservar el calor en invierno y mantener la casa fresca en verano. Esto se debe a que los mejores aislantes son materiales muy poco densos, como la lana mineral o el poliestireno expandido. La madera y el ladrillo son demasiado densos y transmiten el calor con facilidad, aunque a veces se crea que la madera es un buen aislante, no lo es tanto. Existe, sin embargo, una diferencia entre estos dos materiales, su inercia térmica. Mientras que la madera se calienta y se enfría rápidamente, el ladrillo absorbe mucho calor y tarda horas en llegar a su temperatura de equilibrio, por lo que toma calor durante el día y lo libera durante la noche, lo cual puede ser un problema si las paredes permanecen calientes por la noche en climas de calor excesivo, o si tardan mucho en calentarse cuando hace frío. 

Por último, las construcciones en madera son ecológicas, especialmente cuando provienen de madera de origen certificado, sencillamente porque utilizan un recurso renovable y natural. Por todas estas razones, la construcción en madera está creciendo saludablemente, y las casas prefabricadas representan la unión perfecta entre tradición y tecnología, una solución ideal para habitar responsablemente el planeta.

Añadir comentario

Haz clic aquí para publicar un comentario