Salud y Belleza

La dismorfia de Zoom: 3 pasos para combatirla

Dismorfia

La preocupación por nuestra imagen proyectada en la pantalla o la dismorfia de Zoom es una realidad que ha aumentado exponencialmente en los últimos meses. Con la llegada de la crisis sanitaria por la pandemia del Covid-19 aumentó significativamente nuestra exposición ha videollamadas y reuniones telemáticas lo que ha alimentado la dismorfia.

Las tres fases de la dismorfia

Al hablar de dismorfia estamos hablando del proceso en que la mente distorsiona la imagen que tiene de sí misma una persona. Con el aumento de las videollamadas duramos horas viéndonos a nosotros mismos en movimiento. A través de la cámara vemos una imagen de nosotros diferente a como somos en realidad lo que ha contribuido a la dismorfia.

Cuando nos vemos en el espejo por lo general nos vemos de forma estática y solemos poner nuestra mejor cara. Pero al vernos en el día a día en movimiento puede que nuestros gestos, expresiones faciales o algunos de nuestros rasgos no nos gusten tanto como pensábamos. Y allí se origina proceso de la dismorfia:

  • En primer lugar, la mente realiza un filtro de la propia imagen y empieza a reparar en los detalles que no nos gustan.
  • El segundo paso es que se magnifica algo negativo que se ha detectado. Por ejemplo, las orejas que solían ser un poco salientes ahora nos parecen grotesca.
  • La imagen se generaliza: ahora la mente no sólo ve un rasgo que le preocupa, sino que ahora se convierte en ese rasgo, es decir, ahora todo su ser “es” una nariz prominente o un ojo con bolsas.

Puede afectar la autoestima

Cuando se tiene una autoestima baja se suele externalizar a la valía personal. Esto significa que la persona depende del beneplácito de las personas que lo rodean para sentirse digno de ser querido, aceptado o reconocido. En otras palabras, sentimos que valemos no por lo que somos sino por lo que los demás piensen de nosotros. Cuando se cree que la imagen que se proyecta en la cámara es negativa afecta la autoestima.

Si cree que se preocupa en exceso por su imagen puede seguir estas recomendaciones: en primer lugar, no se mire, pero si no logra desviar la mirada de su imagen, pruebe taparla con un papelito mientras esté en la videollamada. Piense también que los demás no están allí para analizar las imperfecciones de su cara. Y por último trate de concentrarse menos en usted y de interesarse más por su interlocutor. Vale la pena luchar contra la dismorfia de Zoom.

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